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jueves, 10 de diciembre de 2015

Crónicas del neoliberalismo que vino del espacio exterior



Que la literatura no es un discurso inocente, neutro, ajeno al momento social en el que se produce, ya lo hemos dicho muchas veces en estas páginas. Pero, ¿qué sucede con las series televisivas de ciencia-ficción, creadas aparentemente con la única misión de entretener al público? ¿Participan también del conflicto político? Así parece tras leer Crónicas del neoliberalismo que vino del espacio exterior de Antonio J. Antón Fernández, recientemente publicado por la editorial Akal.

Según el análisis de Antón Fernández, filósofo y miembro de la sección de Pensamiento de la Fundación de Investigaciones Marxistas, series como Doctor Who, emitida por la BBC durante casi tres décadas, y cancelada en la simbólica fecha de 1989, funcionaron como fiel reflejo del proceso que, en esos años, estaba experimentando el capitalismo. Aunque las tramas se situaban en galaxias lejanas, en realidad orbitaban alrededor de un tema que nos toca muy de cerca, pues no nos hablaban de otra cosa que del inicio del neoliberalismo y sus efectos negativos sobre la clase trabajadora.
              El ensayo puede leerse como una historia del neoliberalismo contado a través de distintas manifestaciones culturales. Las leyes que hicieron retroceder los derechos laborales y las privatizaciones, que se inauguraron con el gobierno de Thatcher en Reino Unido, encontraron su fiel correspondencia en las tramas de ciencia-ficción. Como también tuvieron su reflejo en series y películas de este género las huelgas de mineros de 1972 o 1974, el desmontaje del sistema nacional de salud o la desindustrialización –como cuenta y analiza con todo detalle el autor de Crónicas del neoliberalismo que vino del espacio exterior.
            Son muchos los paralelismos que encontramos para que podamos pensar que estamos simplemente ante meras coincidencias. En Doctor Who, la caracterización –sin duda física, pero también ideológica– del personaje Helen A., el nombre de la dictadora Rehctaht (Thatcher al revés), la presencia de los misteriosos Gardsorm –«posiblemente un anagrama o metátesis fonológica de “Margaret”», señala Antón Fernández–  a través de los cuales sigue viviendo Rehctaht una vez derrotada, o el nombre de la tirana robótica, llamada Thatchos, que pretende acabar con «el ejército de los sesenta millones de parados» para convertirlos en robots incapaces de rebelarse o declarar huelgas, indica que detrás de una serie aparentemente inocente, de ciencia-ficción, como es Doctor Who, había una clara declaración de intenciones, una clara vocación de denuncia ante el neoliberalismo emergente. No en balde, y como señala el autor del ensayo, entre los creadores de la serie encontramos al reputado marxista británico Ben Aaronovitch o a Rona Munro, quien más tarde sería guionista del cineasta trotskista Ken Loach. Sin embargo, estos paralelismos no son exclusivos de Doctor Who, y Antonio J. Antón Fernández encuentra huellas del neoliberalismo –algunas veces cuestionado, otras veces legitimado– en series como Los supersónicos, Men into Space o Star Trek.
            Aunque esta forma de interpretar el neoliberalismo puede resultar extravagante para lectores acostumbrados a ensayos más ortodoxos, lo cierto es que el libro combina de forma magistral, con un estilo ágil y entretenido, un acercamiento cultural al neoliberalismo desde la ciencia-ficción con densas reflexiones sobre economía, historia política y filosofía. Personajes de Star Wars conviven sin problema con Lenin, Žižek o Hegel en estas Crónicas del neoliberalismo. Un libro que aborda, de un modo sin duda original, la historia del neoliberalismo y su implementación, desde su nacimiento en la Gran Bretaña de Thatcher hasta que nuestros días. Quizá la Revolución no será televisada, pero no cabe duda que la llegada del neoliberalismo sí se narró en la pequeña pantalla, como lo recoge –y analiza– Antonio José Antón Fernández en estas Crónicas del neoliberalismo que vino del espacio exterior. 

David Becerra Mayor // Mundo Obrero, nº 290 (noviembre, 2015). 
               

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