1. Advertencia inicial. La función del crítico no es normativa, sino descriptiva.
Luego, tienen que ser los propios novelistas quienes diriman cómo se
debe escribir una novela sobre la Guerra Civil. No obstante, después de
analizar cómo se está reconstruyendo en la actualidad la Guerra Civil
desde la novela, podemos trazar unas líneas, haciendo una lectura ex contrario de las novelas, sobre cómo debería escribirse una novela sobre la Guerra Civil. Procedamos.
2. Es motivo de celebración que en la actualidad se escriban tantas novelas sobre la Guerra Civil. Después de asumir el pacto de silencio y olvido de la Transición,
que se publiquen tantas novelas sobre la Guerra Civil no puede sino
leerse como una magnífica noticia. Significa que la sociedad española no
es la misma de la Transición, que la sociedad española ha perdido el
miedo de Lot de convertirse en estatua de sal si mira hacia atrás. Sin
embargo, para no frustrar a una sociedad ávida de pasado, a un lector
potencial que busca conocer la Historia de su país a través de la
literatura, la Guerra Civil debe ocupar la centralidad temática de las novelas, no limitarse a ser un atractivo telón de fondo o escenario.
Después
de asumir el pacto de silencio y olvido de la Transición, que se
publiquen tantas novelas sobre la Guerra Civil no puede sino leerse como
una magnífica noticia
Las novelas de la Guerra Civil
deberían hablar de las tensiones políticas y sociales que determinaron
el conflicto, no plantear temas abstractos o bellas historias de amor
con la Guerra Civil de fondo. Aunque una novela con una cubierta con
fotografía en blanco y negro y ambientada en 1936 venda, la Guerra Civil no puede ser un reclamo publicitario.
3. Cuando se escribe una novela histórica, hay que tratar de acercarse a la Historia con el máximo rigor
posible. Para ello es preciso realizar, previamente a la redacción de
la novela, un arduo trabajo de investigación. En la primera fase de la
investigación hay que confeccionar una bibliografía. Conviene que la
bibliografía esté actualizada, de lo contrario, si los estudios
consultados son anteriores a la democracia, se corre el riesgo de
confundir mito e Historia. El resultado es que, en pleno siglo XXI, se
siguen escribiendo novelas que reproducen lo que Herbert R. Southworth
denominó «el mito de la cruzada de Franco». Hay que empezar a leer a
historiadores rigurosos como Fernando Hernández Sánchez, Ángel Viñas, Julián Casanova, Francisco Espinosa, entre otros, y dejar en el desván autores como Bolloten, De la Cierva u otros revisionistas como Pío Moa.
4.
Se me puede argüir que a un novelista, a diferencia de lo que ocurriría
con un historiador, no hay que exigirle que cuente la verdad, ya que su
ámbito de trabajo es la ficción. Que la literatura solo a la literatura
se debe. De acuerdo. Pero hay que diferenciar entre una licencia
poética y la tergiversación o la manipulación histórica.
Si la ficción –o la mentira– legitima un relato histórico a favor de
los vencedores, reproduciendo el que fue relato oficial durante 40 años
de dictadura, es obligación del crítico señalarlo. La licencia poética,
al contrario, no modifica en absoluto el relato histórico (interviene
únicamente en la diégesis ficcional). El novelista, pues, debe trabajar
con la ambición de aprehender la verdad histórica (aunque lo haga con
mecanismos propios de la ficción).
5. No reducir todo el conflicto
a los móviles personales y a una visión fratricida de la Guerra Civil.
Una descripción de estas características aniquila todo componente
político y social en virtud de una lectura donde las categorías
abstractas como el odio y la venganza, e incluso el miedo que conduce a
los personajes a actuar en contra de sus seres más cercanos, desplazan
las categorías objetivas e imposibilitan un acercamiento histórico al
fenómeno en cuestión. Categorías como las señaladas –odio, miedo,
venganza, etc.– deben reconocerse como síntomas del conflicto, pero no
como elementos determinantes que lo originan. Confundir las causas con las consecuencias, lo determinante y lo determinado, puede provocar un falseamiento total o parcial de la Historia.
Confundir
las causas con las consecuencias, lo determinante y lo determinado,
puede provocar un falseamiento total o parcial de la Historia.
6.
No reproducir la teoría de la equidistancia. Es frecuente encontrar en
las novelas sentencias como «en esta guerra se han cometido muchas
atrocidades por ambos bandos», «¿Asesinos? Sí, en este país hay y ha
habido muchos asesinos, pero no solo los nacionales, no, también los
otros han matado a muchos inocentes», «el terror era el mismo en ambas
zonas, en siniestra simetría demente», etc. La simetría iguala en
responsabilidad a víctimas y verdugos, borrando lo que fue la Guerra
Civil realmente: un golpe militar en contra de un gobierno legítimo y
democrático. Atribuir en idéntica simetría la responsabilidad del
conflicto no solo supone un falseamiento de la Historia, sino que además
responde a una insidiosa maniobra revisionista (como afirma el profesor
Serge Salaün).
7. Hay que romper el espejo de Jameson. Dice Fredric Jameson, en El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado,
que en la posmodernidad la novela histórica funciona como un espejo al
que acude el lector para ver su rostro reflejado en el pasado. Pero en
vez de devolverle su reflejo, del espejo sale un destello de luz,
siempre cegador, que impide a quien se mira en el espejo reconocerse en
su pasado. Concibe, entonces, su historia como algo ajeno, inerte,
inmóvil. La novela le impide al lector experimentar la Historia de un
modo activo. El espejo, además, hechiza a quien se mira, como estas
novelas hechizan al lector por medio de sugerentes aventuras de pasión y
muerte, de vidas heroicas, de ideales y de un futuro todavía por
escribir.
8.
La memoria no puede ser solo recordación del pasado. Si así fuera,
constituiría un mero ejercicio de nostalgia. Reivindico una noción violenta de memoria. Quiero decir: el pasado debe servir para transformar el presente, para hacer añicos el presente. La memoria –como quería Walter Benjamin–
tiene que servir para disparar contra los relojes, para romper la
continuidad que existe entre el pasado vencedor y el presente heredero;
no como hacen nuestros novelistas, que más que disparar contra los
relojes, parece que le dan cuerda.
9. En VI Tesis sobre la Historia, Walter
Benjamin cuenta, en una suerte de alegoría, que un ángel sobrevuela la
Historia y la observa; cuando quiere detenerse en las ruinas para
observarlas de cerca, un viento huracanado le impide detenerse y le
empuja hacia delante. A nuestros novelistas les sucede lo mismo que le
sucede al ángel. La clase dominante no quiere que su posición de clase
se explique desde los muertos que provocó su asalto al poder. Por eso es
mejor no detenerse a mirar las ruinas, porque allí se encontrarán los muertos que la clase dominante dejó por el camino
para ascender al poder. Comprometerse con el pasado significa tener
voluntad de detenerse en las ruinas para entender cómo nuestro presente
no es sino la versión actualizada de un pasado vencedor. Una novela
sobre la Guerra Civil tiene que ayudar al ángel a que se detenga en las
cunetas, a pesar del viento huracanado, para cuestionar el continuum entre el pasado de la Guerra Civil y nuestro presente, para visibilizar que nuestro hoy es heredero de aquel ayer.
Comprometerse
con el pasado significa tener voluntad de entender que nuestro presente
es la versión actualizada de un pasado vencedor.
10. El
final feliz es un acto ideológico. El final feliz cierra un episodio de
la Historia que todavía sigue abierto; cerrarlo, implica asumir la
posición de la clase dominante que ha labrado su posición dando la
espalda al pasado, porque en el pasado se encuentra su pecado original. El pasado sigue abierto
porque sigue habitando en nuestro presente, en nuestras instituciones
democráticas, y porque una parte de ese pasado –el pasado no amortizado,
no convertido en presente– sigue enterrado en las cunetas. No puede
haber final feliz sin verdad, justicia y reparación.
David Becerra Mayor // El Confidencial (12-04-2015). Fuente: http://blogs.elconfidencial.com/cultura/tribuna-de-expertos/2015-04-12/decalogo-para-escribir-una-novela-sobre-la-guerra-civil_756916/
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